Italia es el país más envejecido de Europa y el segundo del mundo después de Japón. Desde hace varios años, el país experimenta un rapidísimo envejecimiento de su población. Según la Organización Mundial de la Salud, en 2021, alrededor del 23% de la población italiana tenía más de 65 años. Para 2050, se espera que esta proporción alcance el 35%, más de un tercio de su población.
Algunas cifras
En 2020, por cada 1 niño menor de 6 años, había 5,1 personas mayores de 65 años. Diez años antes, en 2011, la proporción era de 1 a 3,8. En 1971, la proporción estaba casi equilibrada en 1,1. Basta con mirar las curvas de abajo para darse cuenta de la magnitud del fenómeno. A la izquierda está la curva que muestra el porcentaje de la población de 65 años o más de 1960 a 2021; a la derecha está la curva que muestra el porcentaje de la población de 0 a 14 años durante el mismo periodo.
Si la tendencia se mantiene, la edad media de la población será de 50,7 años en 2050, frente a los 45,7 años de 2020. Al mismo tiempo, los menores de 14 años, que actualmente representan el 13%, sólo representarán el 11,7% de la población en 2050.
Otro dato preocupante es que en 2048 el número de defunciones podría duplicar al de nacimientos, 784.000 frente a 391.000. Esta tendencia es claramente visible en el gráfico siguiente. Desde 2010, la curva de la tasa de mortalidad (en azul) aumenta mientras que la curva de la tasa de natalidad (en roja) disminuye. Este fenómeno genera una tasa de excedente natural negativa, que alcanzó su nivel más bajo en 2020.
Desde 2015, Italia pierde cada año entre 100.000 y 175.000 habitantes. Según el ISTAT (Instituto Italiano de Estadística), Italia podría perder más del 20% de su población en 50 años, es decir, 12 millones de habitantes. La población italiana pasaría de 59,6 millones en 2020 a 47,6 millones en 2070. El ISTAT precisa que se trata de una estimación media y no del peor escenario posible.
A pesar de la evidente urgencia de la crisis demográfica, fue la gran ausente de los debates durante las elecciones legislativas del pasado mes de septiembre. Este envejecimiento acelerado de la población tiene graves consecuencias económicas y sociales que desgraciadamente ignoran los partidos políticos.
¿Cuál es la situación de las personas mayores en Italia?
La situación de las personas mayores en Italia es compleja y desigual. De hecho, depende de varios factores como la salud, la situación económica y social y la presencia o no de una red de apoyo familiar.
En cuanto a la asistencia sanitaria para las personas mayores, Italia tiene un sistema de asistencia sanitaria universal que cubre a todos los ciudadanos y residentes extranjeros. Sin embargo, el sistema sanitario italiano ha atravesado dificultades en los últimos años debido a la crisis económica y a la pandemia COVID-19.
En Italia hay unas 5.000 residencias de ancianos, llamadas “casa di riposo”. La calidad de los cuidados y las instalaciones puede variar considerablemente. Esto se debe a que el sistema sanitario italiano se centra principalmente en la asistencia hospitalaria y domiciliaria, más que en la asistencia institucional.
En Italia, como en la mayoría de los países del sur, persiste una forma de familismo. Italia tiene una fuerte tradición familiar y una cultura en la que los miembros de la familia se cuidan unos a otros, incluidos los ancianos. Sin embargo, las condiciones económicas y sociales y las costumbres han cambiado con el tiempo. Muchas familias italianas ya no pueden ocuparse a tiempo completo de sus mayores. De hecho, estos diferentes factores contribuyen a la popularidad de los ayudantes a domicilio y han dado paso a un auténtico fenómeno social: los badanti.
¿Quiénes son los badanti en Italia?
Badanti es el término italiano para designar a los ayudantes a domicilio para personas mayores.
En Europa, el número de trabajadores domésticos que ayudan a las personas mayores aumenta constantemente. Cuatro de cada cinco son mujeres. En Italia, este fenómeno viene creciendo desde hace varios años en respuesta a los precios y las dificultades que encuentran las estructuras de asistencia especializada. Los badanti proceden principalmente de otro país, sobre todo de Europa del Este y Sudamérica.
¿Cuáles son las causas de este fenómeno?
Hay varias razones que explican la utilización de mano de obra inmigrante como cuidadores a domicilio. En primer lugar, los badanti que viven en casa de su empleador permiten una presencia continua. En este caso, también permiten a la persona mayor envejecer en casa gracias a la asistencia domiciliaria. En segundo lugar, contratar a un badante inmigrante puede suponer una ventaja económica frente al elevado coste de las residencias de ancianos. Por último, los badanti suelen ser el resultado de la falta de otras soluciones adecuadas y son la mejor alternativa posible. Los badanti proporcionan un verdadero equilibrio social, ofreciendo a las familias el apoyo que necesitan para seguir trabajando.
Los badanti: una población vulnerable
En Italia, los badanti suelen padecer un contexto vital complicado. Según la Organización Internacional del Trabajo, los trabajadores domésticos “representan una parte importante de la mano de obra mundial del sector informal y se encuentran entre las categorías de trabajadores más vulnerables. Muy a menudo, estos trabajadores domésticos se encuentran en situación irregular y dependen totalmente de las personas a las que acompañan. Se calcula que el 60% de los badanti viven con personas mayores. Estas situaciones favorecen la precariedad de los badanti, que pueden encontrarse sin salario ni vivienda de un día para otro en caso de fallecimiento u hospitalización de su empleador. Además, estas situaciones pueden provocar un volumen de trabajo excesivo. Si hay contrato, se define un máximo de 54 horas de trabajo a la semana. Cuando no hay contrato, los badanti suelen trabajar mucho más tiempo, a menudo asociado a un compromiso de 24 horas.
En cuanto a los trabajadores inmigrantes, los badanti están expuestos a problemas de integración: la barrera del idioma, la falta de consideración y valoración de su trabajo o la explotación física e incluso económica. Estos numerosos obstáculos pueden causar fatiga psicológica y, en el peor de los casos, aislamiento social.
Un verdadero reto para Italia
La ayuda a domicilio es un sector estratégico en Europa. Aunque todavía está pendiente una intervención efectiva del Estado, el gobierno italiano ha tomado algunas medidas. Las organizaciones de la sociedad civil y los sindicatos también trabajan para mejorar las condiciones laborales y los derechos de los trabajadores inmigrantes del sector de la asistencia en Italia. Se han puesto en marcha iniciativas para promover la integración y la igualdad de los trabajadores inmigrantes en este sector. Pero también, para reforzar la normativa laboral y de protección social. Por ejemplo, se conceden ventajas fiscales a las familias que contratan a cuidadores a domicilio. Este proyecto hace más accesible esta opción para muchos hogares y proporciona un marco para el trabajo de badanti. Este tema es central, ya que se calcula que el país necesitará 500.000 trabajadores domésticos adicionales para 2030…
¿Cómo encontrar los recursos necesarios para cuidar a las personas mayores? ¿Cómo hacer posible un diálogo intergeneracional eficaz? ¿Cómo garantizar la seguridad de sus trabajadores domésticos?
Todas estas son preguntas a las que tendrá que responder el Gobierno italiano. Al igual que Japón, Italia tendrá que ingeniárselas para aportar soluciones eficaces a la actual crisis demográfica. Italia, y los países europeos en general, tendrán que volver a situar la solidaridad en el centro de los debates políticos.
Fuentes :
Population âgée de plus de 65 ans, hommes (% du total) – Italy | Data (banquemondiale.org)
Population âgée de 0 à 14 ans, total – Italy | Data (banquemondiale.org)
La crise démographique, grande absente de la campagne électorale italienne | Les Echos