Para elaborar su nuevo informe sobre el impacto de la crisis del Covid-19 en las personas mayores, la asociación francesa Petits Frères des Pauvres se ha basado en entrevistas con personas entre 61 y 99 años que viven en instituciones o en casa.
Por Yann Lasnier, delegado general de Petits Frères des Pauvres
“Dar la voz a las personas mayores está en el centro de las acciones de Les Petits Frères des Pauvres. Las visitas de las personas voluntarias se basan en el intercambio, lo que permite a quienes ya no tienen muchas personas a su alrededor poder expresarse y confiarse a ellas sobre lo que están viviendo. Todas nuestras acciones colectivas, aunque limitadas por el momento, se basan en momentos de convivencia en los que todos pueden expresarse. Nuestras relaciones también se construyen en torno a este discurso, haciendo cuidado de facilitar el propio discurso de las personas mayores.
Tienen mucho que decir nuestros “viejos”, y no sólo sobre temas de salud o jubilación. Los testimonios de vida que recogemos son ricos y las personas mayores no quedan al margen, lejos de pensar eso.
Nos hablan de la crisis sanitaria y sus consecuencias con su cuota de incomprensión y sufrimiento, un tema que nos acapara a todos en estos momentos. Pero más allá de sus legítimas preocupaciones después de más de un año complicado, nos hablan de sus recuerdos, de su visión del mundo, de su deseo de que no les consideremos sólo como personas frágiles u “objetos de cuidado”, de sus esperanzas, de su deseo de encontrar a sus amigos, a sus familiares, de hacer planes como irse de vacaciones o de encontrar sus actividades asociativas.
Dar la voz a las personas mayores es un momento crucial para que se sientan valoradas y sigan siendo consideradas ciudadanas de pleno derecho. Cuanto más ofrezcamos a las personas mayores momentos especiales para escucharlas y expresarse, más consideraremos que el mantenimiento de los vínculos sociales es vital hasta el fin de vida, más podremos construir una sociedad en la que todos encuentren más fácilmente su lugar en la sociedad y se respeten mutuamente. ”
En conclusión, esto es lo que Víctor compartió recientemente con nosotros “El mundo de después, para mí, es la esperanza de una mayor fraternidad, de una comunidad de seres humanos que se preocupan y están atentos los unos a los otros, a los demás. ”
Crónica de la radio RCF del 26 de marzo de 2021
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